Pasaron varios días hasta que alguien reparó en que los sueños habían desaparecido.


sábado, 25 de julio de 2015

Prólogo (una fantasía)

Imagen extraida de http://www.yogallerymagazine.com/es/marilyn-forever
Nadie sabe cómo volvió a cambiar el mundo. Dejad que sea yo quien cuente lo que vimos, lo que intuimos, lo que no llegamos a ver. Para cuando todo se resolvió, yo ya estaba muerta. Nadie habla de las chicas buenas, mucho menos cuando han muerto. Mucho menos cuando son rubias.
            Debería comenzar por el principio de todo, ¿cierto?, la mitología, el origen del mundo, el origen del hombre, el origen de las especies. Debería tal vez comenzar por el origen de la magia. No, la magia no la inventaron los magos en sus espectáculos de circo ambulante y espadas que atraviesan a atrevidas chicas como yo. Pero por mucho que tenga de fundacional el origen de la magia, como se verá todo llegado su tiempo, tampoco creo que deba comenzar por ahí. No, sin duda debería comenzar por los hermanos Meliès, que reinventaron la magia, que nos perpetuaron a nosotras y a los galanes del mundo entero y nos hicieron la única voz válida para contar este tipo de historias.
            Es absurdo. El mundo. El mundo vacío, sí. Una calle desierta, un muchacho que arrastra los pies frente a una muchacha. Pongamos que él se llama Yago; ella, Candela. Es una ciudad grande y hermosa, tal vez desconocida. Podría ser Budapest, Barcelona, México DF. Yago y Candela en medio de la calle desierta. Pongamos que se besan, que dejan caer la ropa, que hacen el amor. Apenas son adultos, tienen la carne tierna y las dudas en las pupilas, pero se besan en medio de la calle vacía. Hace frío. La piel de gallina. Una suerte de gemido, se abrazan, se abrazan, nadie repara en ellos. Porque no hay nadie más.
            Lástima que todo aquello no sucediera así, que haya falseado los datos, que me haga la despistada. En cualquier caso, si la historia comenzara por ahí, nada tendría sentido para vosotros. Si algo aprendí del mundo del espectáculo es que el público busca desconectar, no formar un puzzle extraño. Podría hablar del padre muerto o la madre en duelo, que son temas como muy españoles. Qué pasional todo, sí. Tal vez esté completamente equivocada, yo qué sé, después de todo soy un fantasma (¿pueden equivocarse los fantasmas?), pero sé algo, y ese algo es que el mundo son un viejo encapuchado y un niño melancólico.
            Por eso entiendo que la historia no comience por el principio de los tiempos, o por el origen de la magia. Como todas las historias deben comenzar por alguna parte, ésta lo hizo un día cualquiera, uno de aquellos días que podrían pasar desapercibidos a no ser porque ese día desaparecieron los sueños. Los seres humanos de todo el mundo dejaron de soñar. El resto, es historia,


Con cariño,


Norma