Pasaron varios días hasta que alguien reparó en que los sueños habían desaparecido.


martes, 10 de noviembre de 2015

Portada

Una de las ventajas de publicar con una editorial pequeñita como Ediciones en Huida es que están abiertos a sugerencias. En ninguno de mis tres anteriores libros pude tomar decisión sobre la portada (lo más parecido fue mi exigencia de un libro azul para Nosotros, que poseemos la tierra).
Teniendo como tengo enormes amigos enormes ilustradores, me hacía especial ilusión una colaboración para crear algo bello y con lo que me sintiera identificado.Ya había intentado que Juan Madrigueras, mi querido amigo Javi, pudiera ilustrar el libro anterior, aunque en la editorial no lo permitieron debido a que formaba parte de una colección.
Desde el primer momento Martín, mi editor, estuvo abierto a mis sugerencias, y con cautela le ofrecí la portada de un ilustrador en quien tenía fe ciega. Con esa misma fe accedió, y entonces le di a Juan Madrigueras las siguientes indicaciones (extraídas de nuestra conversación en FB tal cual):

me gusta la idea de un cine vacío
una de estas pequeñas salas de arte y ensayo
a oscuras, sentados en primera fila el prota y marilyn
están viendo una peli, están solos
ven Up
el lector los mira desde la pantalla

Desde el primer momento, como digo, Javi se mostró entusiasmado con la idea, y es que habíamos convivido pared con pared el año en que escribí con facilidad inusitada la novela. En principio, no dudó en ofrecerme alguna de las ilustraciones de su proyecto Drink&Sketch. Pensé para mí en un par de ellas, aunque no supe decidirme. En cualquier caso, dio igual, porque al poco me llegó con una primera propuesta firme de portada tal cual:


Y ahí estaban las manos del Viejo, cierto, y la forma de la magia, e incluso el corazón que representa lo que sienten Damián y Adriana. Era una de las opciones que había barajado yo de entre los dibujos del blog de Juan Madrigueras. No obstante, había dos peros: echaba de menos a Norma y yo quería un libro rojo.
Así, Javi, según mis indicaciones ya estaba trabajando en un boceto que me enamoró desde el primer momento, a lápiz y sin depurar. Sólo imaginar esto en mi libro me hacía todo lo feliz que podía ser. ¿Cómo había logrado Javi representar lo que pasaba en el libro con tanta claridad? Debía ser la magia. En cualquier caso, éste fue el cebo:
Una preciosidad, sí.
Se lo dije con la mano en el corazón: AMO este dibujo, cada detalle, la fuerza que tiene. Sí, por favor, sí. Javi tomó su boceto, lo trató digitalmente y diseñó varios modelos de portada en distintos colores, para que yo escogiera:










El resto es Historia: me gustaban tanto todos los colores que quería una colección entera, diez ejemplares de cada color, pero tocaba tomar una decisión. Por el contenido del libro, el diseño que más me pegaba era el de azul grisáceo que tan bien representa el ambiente otoñal y melancólico de la novela. Sin embargo, dos colores me habían desarmado por completo: rojo y amarillo. Me parecían eléctricos, poderosos y muy atractivos, juveniles. Javi, que tiene mucho más tacto y maña que yo para estas cosas, me propuso que sometera a votación la elección definitiva de la portada, y eso hice, con apoyo de la editorial, en redes sociales: ¿Rojo o amarillo? Y la gente votó como loca, entre likes, retweets y comentarios.
¿Qué sucedió? Que el pueblo es soberano, y  la mayoría se decidió por el amarillo. Desde la editorial introdujeron algún cambio menor para adecuar los diseños de Javi a la línea de la colección, y el resultado definitivo, como todo el mundo sabe a estas alturas, fue esta pasada de portada que promete, revela y seduce, da una ligera idea de, provoca cierta sensación de, promete como.